martes, 12 de mayo de 2009

CHALK (tizas yankis)

Siempre he tenido una gran capacidad para disfrutar de las pequeñas cosas. De ahí que muchos digan que mi capacidad para flipar está al nivel de los japos, expertos flipadores donde los haya. Sin embargo nunca pensé que un inocente paseo nocturno por las calles de este pueblo podía proporcionar tanta diversión concentrada. Demos gracias a las tizas estadounidenses por ello.

De pequeña participaba en concursos de pintura con tiza en las fiestas monfortinas. Míticos aquellos 16 de agosto en los que, por la mañana, en lugar de dormir hasta las tantas, prefería pintar un perro ultrañoño en El Cardenal. La noche en que las tizas volvieron a mi vida no pude evitar recordar aquellos días. ¡Recuerdo que hasta gané un juego de bolos en miniatura! ¡Qué tiempos!


El caso es que el arte-en-tiza ha vuelto, de una forma más conceptual, y por el bien de mis manos, más pasajera. A pesar de que alguno se avergonzase de nosotras... lo disfrutamos como hay que disfrutar las cosas: ¡Cómo niñas!













Demos gracias también porque al fin llegó el día, 10 de mayo, y hemos podido descansar de la cuenta atrás insistente de la señorita Little Pearls. Respirad de momento, pero no os relajéis porque ¡quedan 362 días!

2 comentarios:

  1. No sé qué os pasaba este día, pero teníais más pavo que la mesa de una familia numerosa americana en thanksgiving. Sólo os faltaba echaros un poco de salsa de arándanos por encima...

    En fin, gracias por despertar traumáticos recuerdos de vergüenza ajena camino del Open :P

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  2. Yo opino que:

    VIVAN LAS TIZAS AMERICANAS!!!!!!!!!!!!!

    Lo de mi pavo no era de ese día, suele ser bastante continuo....

    Pues ahora lo suyo sería hacer una entrada analizando la noche del sábado... Puedes incluir que ya conoces la sensacion de "estoy mojada no, lo siguiente"

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